miércoles, diciembre 17

1000 In One

Si, soy yo de nuevo. El del blog. Tras una larga sequía de actualizaciones, he regresado, listo para reflexionar sobre algo.

Y que mejor que seguir por donde me quede. En la estación Castro Barros de la línea A.
Pero no, mas allá de que los subtes merecen algunas palabras , me refiero a donde me quede en el blog.

Lo último que escribí fue sobre el asombroso Family Game. Aquella consola con aquellos cartuchos, y con aquellos joysticks que duraban entre una semana o dos. Bah, por lo menos a mi, que tendía a emocionarme mucho cuando pasaba alguna pantalla en el Mario 3. El exceso de emoción le hace mal a los joysticks.


Cómo sea, hoy recordaba el hermoso concepto del cartucho que venía con mil juegos.

Recuerdo como si hubiera sido ayer... (ah, si solo vieran la cara de flashback que tengo ahora, los guionistas de Lost estarían orgullosos)

Yo tendría unos seis años de edad. Supongo que estaría jugando con mi auto de los Cazafantasmas (otra cosa que merece un comentario, pero para más adelante), cuando mi padre apareció y me dijo.

-Oh, hijo, tengo un obsequio para ti

(Si, digamos que los dialogos de mis flashbacks estan arruinados por años de ver televisión con doblajes en español neutro. Pero la idea se entiende.)

El obsequio en cuestión era un cartucho de Family Game. Pero no era cualquier cartucho. Tenía 1000 juegos.

Con un nivel de excitacion abismal, lo cual es entendible dado que a los 6 años uno esta en el período de latencia, y sublima su excitación en diversas pelotudeces (espero que no haya psicólogos leyendo esto), fui corriendo hacia mi habitación, a probar el tal mentando cartucho.

Digamos que el concepto de 1000 juegos escapaba mucho a la realidad.

Ilusamente pensé

-"OMFG hay como 800 Marios distintos"

Pero no, era lo mismo repetido, una, y otra, y otra vez.

Lo primero que hice fue llamar a mi mejor amigo consternado, para hacer catarsis infantil.

Pero cuando uno tiene 6 años, las conversaciones se desvirtuan mucho. Bah, como en cualquier foro o red social, empezamos hablando del cartucho, y terminamos discutiendo acaloradamente sobre dinosaurios (y no, no es joda, true history)
Igual no me quejo, era una época muy grosa.


Digamos que había caído nuevamente en una artimaña publicitaria. Pero más alla de la desilusión inicial, disfruté mucho con ese cartucho.

Un pro gamer estaría consternado, ante la facilidades que te proporcionaba. Pero yo no era un pro gamer, era un purrete de 6 años que hablaba sobre dinosaurios con amigos por teléfono.

¿Qué facilidades?, muchas.

He dicho anteriormente, que uno podía elegir distitnas versiones del mismo juego. Pero no sólo eso. Se podía elegir empezar en cualquier nivel que quisieras. Entonces, vos elegias el juego 815 y terminabas en una isla desierta. No, perdón, elegías el juego 815 y era el Contra, pero empezando en el último nivel.

Después tenías el Mario, que cualquiera que eligieras, tenía la grandiosa opción de elegir nivel, apretando el botón B.

O el Star Face. Y no sólo estaba el comú, sino que además tenías el Super Star Face,donde la navecita estaba "tuneada" desde el principio.
O sea, con el item que te hacía tirar tiros mas rápido pero de movida, no es que la enchulabas y le metías luces de neón.

Había Super Pac Man también. La diferencia sustancial es que iba a los pedos. Antidoping urgente para Pac Man.

También estaba el Tetris. Ese si que era siempre el mismo. Podrían haberle cambiado algo, que se yo, ponerle otras coreografías distintas a los flacos que bailaban ebrios cuando pasabas el nivel.
Teléfono para hackeadores de roms. Pido con suma urgencia una versión donde al pasar cada nivel salgan los de Village People bailando YMCA.


Y el Super Bomberman. Podías elegir nivel, y entrabas al mismo en modo "chosen one", atravesando paredes y metiendo todas las bombas que se te canten. Igual las monedas siniestras te ganaban de todas formas, en lo que era, una interesante analogía capitalista.

A ver si el DLC de estos tiempos permite analogías como estas...